Hace tres días mientras viajábamos a Charamaya-Mañazo, para compartir un renovado Homenaje a la Bandera, desde una perspectiva mucha más idéntica y menos alienante. Reconocíamos en las Instituciones Educativas de Charamaya, frontera con Moquegua, hitos de puneñismo, donde los docentes nos mostraban con particular audacia, un discurso objetivo de compromiso y entrega con la educación regional y nacional, a más de 4200 m.s.n.m. sin necesidad de palabras, tan sólo con su presencia. Aproximadamente a 7 kilómetros antes de llegar a nuestro destino levantó la mano una señora con sus dos niños a quienes acogimos en el limitado espacio de la camioneta de la UGEL Puno, a mi lado acomodé a una niñita de aproximadamente 5 años con mirada asustada, ojos negritos de capulí, manitas llenas de grietas por donde corre agua dulce de los deshielos, mirada perdida en el horizonte, tratando de buscar a su mamita. Julio, Especialista de Primaria, comentaba sobre la dulzura e inocencia de los niños y que si garantizábamos una alimentación adecuada, educación de calidad y servicio de salud eficiente tendríamos la única posibilidad de construir un país en verdad desarrollado y con equidad. Mientras llegábamos a Charamaya me pregunté ¿Existirá diferencia entre el estilo de aprendizaje de un niño de 5 años Charamaya y su par de la ciudad de Puno? La respuesta parece obvia, propongo el siguiente artículo desde el enfoque de Las Neurociencias Cognitivas para tratar de responder dicha cuestión.
Memorizar los 14 Incas, incluyendo al Inca Sayri Tupac, repetir las 14 fórmulas trigonométricas sobre identidades, nombrar los primeros 14 números primos ¿Será aprendizaje? si la información está aislada no constituye aprendizaje, tal vez se reduzca a un ejercicio de la memoria. El cerebro humano se caracteriza por su capacidad de relacionar y asociar los inmensos volúmenes de información que recibe diariamente. Cada hemisferio cerebral procesa la información de diferente manera, en realidad ambos hemisferios izquierdo y derecho trabajan en simultáneo, pero cada uno tiene una particular manera de procesar la información.
El hemisferio izquierdo, el lógico, procesa información lineal, configura el todo a partir de las partes, analiza los detalles, piensa en función de palabras y números. Es convergente obtiene nueva información usando datos disponibles, formando nuevas ideas sobre información disponible.
El hemisferio derecho, procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las partes, es intuitivo, piensa en imágenes y sentimientos. Es divergente, creando variedad de nuevas ideas.
Un hemisferio no es más importante que el otro, necesitamos usar los dos hemisferios, existe cierta tendencia a utilizar un hemisferio más que el otro en los estudiantes, lo que no implica que al usar un hemisferio, el otro no esté siendo activado. En nuestra práctica docente ¿Qué hemisferio es el que se prioriza?
Respecto de los modos de pensamiento, el hemisferio izquierdo, generalmente el lógico, es analítico, abstracto, secuencial, lineal, realista, verbal, temporal, simbólico, cuantitativo, lógico. El hemisferio derecho es holístico, intuitivo, concreto, global, aleatorio, fantástico, no verbal, atemporal, literal, cualitativo, analógico.
El docente plantea a los estudiantes calcular la altura del mástil del patio del colegio utilizando razones trigonométricas. Los estudiantes miden la distancia desde la base del mástil de la bandera hasta el punto central del patio concluyendo que es de 20 metros. Un estudiante de 160cm de estatura parado en el punto central del patio observa la punta superior del mástil con un ángulo de 30°. Luego de realizar los cálculos respectivos determinan la altura del mástil. El hemisferio izquierdo se encargó de aplicar los algoritmos y fórmulas, utilizó los datos, realizó una representación simbólica de la situación; el hemisferio derecho intentó otras formas de resolver el problema (por proyección de sombras o tal vez midiendo el largo de las cuerdas que sujetan la bandera…) midió y contrastó el problema con la realidad, intuyó y estimó la altura del mástil comparándolo con otras estructuras similares. Observamos que ambos hemisferios están en constante actividad.
Las habilidades asociadas al hemisferio izquierdo son la escritura, símbolos, lenguaje, lectura, ortografía, oratoria, escucha, localización de hechos y detalles, asociaciones auditivas, procesa una cosa por vez, sabe cómo hacer algo. El hemisferio derecho interviene en las relaciones espaciales, formas y pautas, cálculos, canto y música, sensibilidad al color, expresión artística, creatividad, mira la totalidad, emociones y sentimientos, procesa todo al mismo tiempo.
Si realizamos una actividad sobre la Guerra del Pacífico, el hemisferio izquierdo realizará esquemas lógicos, línea de tiempo, batallas importantes, personajes resaltantes, reconocerá fechas y eventos resaltantes; mientras el hemisferio derecho ubicará en el mapa lugares críticos, expresará emociones y sentimientos de patriotismo, hallará relaciones entre los actores del conflicto, realizará creaciones patrióticas como cánticos y poemas.
Un estudiante que prioriza el hemisferio izquierdo visualiza en el aula símbolos abstractos (letras y números) y no tiene problemas para comprender conceptos, verbaliza ideas, aprende de la parte al todo, analiza información paso a paso, gusta de información bien organizada, necesita orientación clara, se incomoda con actividades abiertas, le preocupa el resultado final, gusta que verifiquen su trabajo. El hemisferio derecho visualiza imágenes de objetos concretos pero no símbolos abstractos como letras o números, piensa en imágenes, sonidos, sensaciones, pero tiene dificultades para expresarlas o verbalizar, aprende del todo a la parte, no analiza información la sintetiza, es relacional le preocupa como encajan y se relacionan las partes unas con otras, aprende mejor con actividades abiertas, creativa y poco estructuradas, le preocupa más el proceso que el resultado final, alcanzan resultados por intuición.
En la IEI de Chucuito y en la IEI Chanu Chanu- Puno las docentes proponen a los niños ejecutar la canción aimara “Warawara Warita” llevando el compás con las manos y los pies. El hemisferio izquierdo se encargará de memorizar las letras y el compás mientras que el hemisferio derecho se ocupará de relacionar el movimiento corporal con la canción, así como procesará emociones y evocaciones que genera su ejecución. Entonces, ¿cuál es el factor que marca la diferencia en el estilo de aprendizaje de la actividad en los niños en ambas situaciones?, definitivamente el contexto. En los niños con dominio del aimara, el hemisferio izquierdo dará significado a las letras, el hemisferio derecho relacionará y evocará mayor cantidad de imágenes e ideas, dándole mayor significancia a la canción. En los demás niños el hemisferio izquierdo tratará de darle significado a las letras y si no encuentra relación memorizará la información, el hemisferio derecho tratará de darle significado a la canción, hará asociaciones que tal vez no tengan que ver con las letras de la canción. Uno de los factores que determina la calidad de los aprendizajes es el contexto, las sesiones de aprendizaje donde no se considera dicha variable pueden ser peligrosamente aburridas e iterativas. Es urgente reestructurar la visión tradicional del aula, las neurociencias cognitivas nos ofrecen herramientas para tal fin, es tarea primordial estimular ambos hemisferios mediante diversas actividades, dichas situaciones deben relacionarse con el entorno del estudiante. Las sesiones deben priorizar la observación, la reflexión, análisis, la crítica, la solución de problemas de tal manera que los estudiantes propongan alternativas de solución. La escuela no es una isla, la escuela es un tamiz en el cual se vivencian experiencias y se proponen aprendizajes que forman al ciudadano comprometido con su región y con el país. Desde esa perspectiva el niño de Charamaya y su par de la ciudad de Puno, tendrán estilos diversos de aprendizaje determinados por el contexto.
Neurociencia Cognitiva y Educación (2004) Universidad Pedro Ruiz Gallo - José Gómez Cumpa
Neurociencia y Aprendizaje (2006) Universidad de Chile- Dr. Jorge Mora