jueves, 12 de diciembre de 2013

10 SENCILLOS PASOS PARA CONVERTIRNOS EN PROFESORES MEDIOCRES

La tarea docente debe ser una reflexión constante, debe traducirse en acciones que van descolonizando y liberando siendo dicho proceso un diálogo constante entre profesor y alumno. 
Para ser más ilustrativos presentamos  10 pasos para convertirnos en profesores mediocres, con los que limitamos la participación de nuestros estudiantes y convertirlos en seres automatizados, acríticos así empezar a convertirnos en reproductores sociales y dispuestos a ser consumidores pasivos.
Así que cuidado, si cumplimos con 10 de estos pasos contribuiremos a que el mundo sea cada vez más injusto, pues un estudiante crítico es propositivo, se indigna ante el dolor ajeno y contribuye a su sociedad.

  1. Utilizar preguntas cerradas o de respuesta determinada: Es peligroso preguntar ¿Qué creen es cultura? ¿El sikuri es cultura? ¿la cultura, sólo se apreciará en libros o teatros? pues las respuestas pueden ser difíciles de responder si no te preparas adecuadamente. Por eso cuidado con plantear preguntas abiertas ya que pueden generar respuestas inesperadas. Lo más cómodo para el docente es hacer preguntas que sólo tengan como respuesta sí o no. Mejor pregunta ¿Quién descubrió América? (Cómo si nuestros antepasados no hubiesen vivido aquí) así que si quieres ser un profesor mediocre plantea todas tus preguntas cerradas, que no permitan inferir o interpretar los contenidos de una manera diferente a la que piensa el profesor. De esta forma evitaremos estimular el pensamiento crítico.
  2. Realizar preguntas abiertas y dejar 3 segundos para que nos respondan: Plantea una pregunta compleja ¿Cómo se manifiesta el Idealismo en la historia del pensamiento filosófico en Europa?... espera 3 segundos. Mientras los estudiantes van reflexionando, ¡Córtales la respiración! agarra tu libro, usa tu memoria de corto plazo y voz de periodista polìtico responde TÚ mismo la respuesta. Frente a tus alumnos serás una eminencia, lo sabés todo, habrás ganado autoridad (según tu percepción). Si no respondemos las preguntas o las redirigimos antes de que contesten los alumnos, corremos el riesgo de que los alumnos piensen por sí mismos y les acostumbremos a hacernos perder el tiempo con sus reflexiones.
  3. Crear un ambiente inhibidor: Cuidado con la forma de formular las oraciones. Si utilizamos la primera persona del plural los alumnos pueden sentirse integrados y robar el protagonismo al profesor (hoy voy a hablar…, en lugar de hoy vamos a hablar…) Puede ocurrir que si propiciamos el diálogo entre alumnos, éstos pueden tomar el poder en la clase y no dejar al profesor contar todo lo que sabe. Puedes perder el rol protagónico de la novela que tú mismo te has creado.
  4. Juzgar las aportaciones: Si algún estudiante tiene una idea o responde diferente que tú, inmediatamente hazle caer en ridículo. Qué Pachacutec conquistó más territorio que Alejandro Magno. Qué el lago Titicaca es sagrado. Qué el mundo oficial tiene muchas mentiras. Patrañas, si eso no está en el libro, hacelo saber, búrlate de sus intrigas. Si el profesor le quita importancia a las aportaciones erróneas o inadecuadas, en lugar de castigar o reprochar dichas aportaciones, puede ser que los alumnos se sientan demasiado seguros y pongan en duda la capacidad del profesor. Si queremos que el alumno sienta amenaza sobre su imagen social o se sienta inseguro no hay más que ponerle en ridículo en cuanto intervenga con una aportación que no es del todo correcta.
  5. No tener en cuenta la participación en la evaluación: a los alumnos ya les gusta interactuar. Si queremos reducir esto, es importante que tengamos más en cuenta el resultado final obtenido que la actitud de participación en clase. Valorar la actitud y la participación es demasiado complicado. Así que si deseamos mantener nuestra autoridad utilicemos las notas como un instrumento coercitivo.
  6. Tomar decisiones sin preguntar a los alumnos: las experiencias previas y la formación del profesor es mucho más cercano a la realidad que lo que piensen los alumnos. El hecho de pedirles a ellos su opinión sobre asuntos relativos a la decoración u organización de la clase o, aún peor, sobre las normas o hábitos de convivencia del grupo, puede hacerles pensar que ellos son los dueños de sus propios actos. El profesor perdería autoridad y poder y les daríamos pie a desarrollar sus propios intereses y no los intereses del profesor.
  7. Fomentar el trabajo individual competitivo: si se organizan tareas en un solo grupo, en lugar de grupos reducidos o parejas, conseguiremos que sólo los más aptos participen, aumentando la autoestima del profesor. Cuando hagamos una pregunta, los alumnos tendrán una oportunidad de cada treinta (en grupos de ese número) para participar, lo cual reduce mucho las posibilidades de que los alumnos digan cosas tontas o creativas. Por otro lado, un ambiente competitivo en clase nos ayudaría a que los alumnos oculten la información a sus compañeros evitando que hablen y se distraigan entre ellos. Convertirlos en seres egoístas dependientes del profesor.
  8. No realizar debates o juego de roles: Los debates dan a los alumnos herramientas para rebatir o argumentar sus ideas. Imagina lo peligroso que puede ser esto para un profesor. Es más interesante que los alumnos acepten todo lo que se les diga sin poner en duda lo que se está diciendo, porque si desarrollan su criterio pueden convertirse peligrosamente en seres que transformen nuestra sociedad.
  9. Utilizar únicamente el libro de texto como recurso didáctico: el libro de texto es una herramienta ideal para conseguir que los alumnos no participen en el aula. Los ejercicios suelen ser cerrados y no permiten la improvisación o el desarrollo creativo. Debemos cuidar que los alumnos no se copien unos de otros para evitar que compartan el conocimiento y que enseñen unos a otros, ya que enseñar es el papel del profesor, no del alumno. Que nuestros libros de texto se conviertan en la biblia de nuestros alumnos, lo que no esté en el texto "no es válido"
  10. Evitar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación: el uso de herramientas digitales de aprendizaje puede hacer que los alumnos se impliquen en la creación de información y conocimiento, llegando incluso a saber más que el profesor sobre el tema a investigar. Para evitar esto, debemos limitar el uso de las TIC a proyectar vídeos o presentaciones de las editoriales. Buscar en internet o escribir un blog les da demasiada libertad. Si no queremos que nuestros estudiantes nos superen limitemos su capacidad de producir conocimiento.


Referencias

De la Herrán, A. (2009) Técnicas de enseñanza basadas en la exposición y la participación. En: J. Paredes y A. de la Herrán (coords.) Práctica de la Innovación Educativa. Madrid: Síntesis.

Morell, T. (2009) ¿Cómo podemos fomentar la participación en nuestras clases universitarias? Alicante: Marfil.


1 comentario:

  1. Professor Matemática Paulo Sérgio de Andrade
    Estou disponibilizando , o link do blog abaixo com diversos conteúdos de Matemática, sinceramente desejo apenas contribuir para o desenvolvimento daqueles que tem como sincero desejo se aperfeiçoarem.
    http://matematico10.blogspot.com.br/

    ResponderEliminar